viernes, 23 de abril de 2010

Málaga inicia la recuperación para alcanzaren 2014 los niveles previos a la crisis

Tras meses en caída libre, los indicadores económicos parecen haber «tocado fondo». El diagnóstico, optimista, se desprende del último informe de Analistas Económicos de Andalucía, entidad del grupo Unicaja. Su consejero delegado, Francisco Villalba, aprovechó la presentación del documento, correspondiente a la primavera de 2010, para insistir en que la peor parte del ciclo negativo podría haber terminado. En el caso de Málaga, los termómetros revelan que la provincia atraviesa un punto de inflexión y, aunque tímidamente, empieza a coger pista para un despegue que, según los expertos, llegará en 2014. Será entonces cuando se consolide la recuperación y se vuelvan a alcanzar los niveles de crecimiento registrados en 2008, antesala de la crisis.
Dicho cambio de tornas estará impulsado por dos grandes motores: la industria (que en este ejercicio retrocederá un 2,4%, seis veces menos que lo que lo hizo en 2009, cuando bajó un 12,3%) y los servicios. Este último sector no sólo no disminuirá, sino que a tenor de las previsiones cerrará 2010 con un avance del 0,4% convirtiéndose así en el revulsivo de la recuperación económica andaluza.
Optimismo, pues, pero no exento de cautelas. De hecho, al trazar las previsiones, Villalba conjugó los verbos en condicional ya que, como matizó, aunque buena parte de los indicadores señalan que estamos ante una nueva etapa, hay ciertos elementos que generan incertidumbre, como son -dijo-, la subida del IVA o la retirada de las ayudas públicas, «que podrían frenar la recuperación del consumo», advirtió.
El PIB disminuirá un 0,5%
Hecha la aclaración, el responsable de Analistas Económicos se escudó en los datos para volver a transmitir un mensaje de esperanza. Al respecto, destacó que las perspectivas ligadas a uno de los principales mimbres que sustentan la evolución de la economía, el Producto Interior Bruto (PIB), se han revisado al alza. Mientras que en 2009 este indicador se desplomó un 3,5% en el conjunto regional, para 2010 se prevé que vuelva a descender, pero de forma mucho más suave. «Nuestra previsión inicial era que bajara un 1%, pero finalmente creemos que lo hará sólo en medio punto», dijo.
La estimación para Andalucía coincide con la que mantienen para Málaga. La provincia es junto a Jaén y Granada la que ha sufrido una caída más intensa de la actividad en el último año. Sin embargo, los pronósticos apuntan a que, como contrapartida, también será la que experimente este ejercicio una mayor contención en el ritmo de descenso del PIB, en niveles similares a Córdoba y Almería, señaló la coordinadora del informe, Felisa Becerra.
Los elementos que hay sobre la mesa indican que se avecina una etapa más amable, aunque a juicio de Villalba la recuperación no será fácil. «Después de tocar fondo queda remontar, aunque esa reactivación tardará tiempo en ser fuerte y potente», reconoció. En los mismos términos se manifestó Becerra, quien recalcó que la economía andaluza se aproxima a una «fase de estabilización». Así, se espera que a mitad de año se registren incrementos trimestrales del PIB, que podrían ser de carácter interanual a finales del ejercicio.
La mejora del empleo, en 2011
Algo más habrá que esperar para obtener buenos resultados en el mercado laboral. Desde Analistas consideran que la destrucción de puestos de trabajo «ha superado su fase más aguda», pero advierten de que habrá que esperar hasta la segunda mitad de 2011 para que se produzca el crecimiento del empleo en términos interanuales en Andalucía. Su previsión, de hecho, estima para este 2010 un nuevo recorte del 2,6% en el número de ocupados, mientras que la tasa de paro quedará situada en el 27,3% de la población activa.
En este escenario, la construcción vuelve a despuntar como el sector más afectado por la caída del empleo, según Becerra, quien aseguró que Andalucía tiene unos 270.000 ocupados en el ladrillo, casi la mitad de los que había en 2007. «Las esperanzas en este ámbito se centran en la rehabilitación, ya que se estima que la actividad residencial seguirá descendiendo y que la obra civil no pueda mantener el esfuerzo inversor de los últimos años, debido a la necesidad de reducir el déficit público», agregó.
Para Villalba, hay brotes verdes, aunque subrayó la importancia de regarlos, apostando por una serie de reformas. «Para que se produzca la recuperación y ganemos competitividad urge emprender cambios en el mercado de trabajo, en la educación, en el modelo energético o en las políticas fiscales», sentenció.