Casi todos los parados que han encontrado empleo en 2010 lo han hecho mediante contratos precarios. Según la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, sólo el 11% de las contrataciones efectuadas en el primer trimestre fueron de duración indeterminada.
El paro se incrementó en 286.200 personas en el último trimestre de 2010, lo que sitúa la cifra total de desempleados en 4.612.700 personas, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística la semana pasada. Aunque revelador, el dato es sólo la punta del iceberg. Un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) elaborado sobre las conclusiones de la EPA incide en que el acceso al mercado de trabajo es precario no sólo en términos cuantitativos, sino también desde el punto de vista cualitativo.
Según las conclusiones de su análisis Observatorio Laboral de la Crisis, el 80% de los contratos rubricados en los tres primeros meses de este año tuvieron un carácter temporal, frente a un 11% que fueron indefinidos y un 9% que se correspondieron con empleos no asalariados. En consecuencia, una vez que el trabajador pierde su empleo, casi todas las posibilidades que tiene de reinsertarse en el mercado laboral es a través de "contratos precarios".
Por otra parte, desde el punto de vista de los profesionales que perdieron su empleo, el informe de Fedea constata que, de nuevo, los eventuales están siendo las principales víctimas de la crisis. Así, de cada 100 ocupados que disponían de un contrato temporal a finales de 2009, 17 perdieron su trabajo en el primer trimestre de 2010; mientras que esta proporción se redujo al 2% en el caso de los empleados con un contrato indefinido. "El riesgo de que un profesional pierda su empleo es ocho veces superior en el caso de un trabajador temporal que en el de un indefinido con características similares", explican los autores, para quienes el peso que la modalidad de contratación tiene en el despido "lejos de decrecer, va aumentando trimestre a trimestre".